«Cada día salía de una forma. Nunca sabías cómo te iba a venir. Eso es India. Un 23 de enero de 2016 conocí a Daniel Franca y Javito Ruiz Pérez en el hall del hotel Amax Inn (8145/6, Arakashan Road, Pahar Ganj, New Delhi, India) e instantes después estábamos durmiendo al aire libre en el desierto de Jaisalmer en la frontera con Pakistán. A menudo discutíamos sobre la idea de caos y desaparición. Pero entre tanto viaje, tanta basura, tantos moteles, tantos trenes, tantos autobuses, en un desierto que parecía dar a la nada y en unas playas que parecían dar a un desierto, cómo no íbamos a construir hipótesis sobre el caos y la desaparición.
Kilómetros y kilómetros escribiendo, pintando. Kilómetros y kilómetros en silencio. Kilómetros y kilómetros sin saber dónde estábamos. Kilómetros y kilómetros de conjeturas sobre la materia y su rumbo. Kilómetros y kilómetros en esos trenes coloniales, muy azules, con sus literas y suciedad, que nos llevaban a todas partes.
La tendencia hacia el desorden que representan estas obras lo siento como mío, como parte de lo que se obtiene al viajar. El aprendizaje último de vivir en la inestabilidad, de vivir sabiendo que el mañana no le pertenece al ayer, sino al caos.
Imagínate que uno de esos trenes no para nunca, que no nos deja bajar, imagínate que si los tres siguiésemos camino hacia alguna parte, esta exposición no sería posible, estaría todavía haciéndose en la mente del viajero, en el imaginario del pintor, en la arquitectura de quien reconoce en el movimiento su identidad, en la cabeza de Daniel Franca.»